MAD MEN a la italiana. (el vestido de los tres eurillos)

Saludos señoras!!

¿Cómo va marchando el martes? por aquí pocas novedades. Esta mañana me levanté a las 5:30 por señalamiento a primera hora en un pueblo de los alrededores. Trenes, autobuses y caminatas soberanas tirando del bolso, el saco de la toga y el carrito-maletín último modelo para letrados con escoliosis y contracturas varias sin solución. El summum máximo de la tetraplejia paranoide. Y resulta que después de varias horas esperando por los pasillos sin un mísero asiento disponible, nos han mandado derechitos para casa. Tengo los pies en estado de ebullición, creo que nunca en mi vida cogí la silla del despacho con tantas ganas fuera del horario laboral. Y sinceramente, es un misterio el por qué me obligo a usar los tacones más altos que tengo por casa justo cuando más horas de pie tengo que estar. Proporcionalidad directa, como dirían, a más paseo, más proyección infernal.  Y que viva el martirio metatarsiano como método de expiación de culpas!

Lo mejor del día: el acompañamiento! Hacía mucho tiempo que el Fotógrafo no entraba conmigo en Sala, y mientras antes sólo lo hacía como forma de hacerme compañía, perfilándose así como el mejor y más sufrido los novios (fotos bloggiles aparte), hoy lo ha hecho como aprendiz (aunque me pregunto qué podría enseñarle yo profesionalmente a estas alturas de la vida).
Pero incongruencias a un lado, hay una cosa que me encanta de todo esto: observarle cuando no me ve. No sé si os pasará igual, pero cuando una lleva más de 10 años al lado de otra persona, y cree conocerlo todo o casi de él, encuentra un extraño placer culpable adoptando el papel de tercera persona. Y no hay nada para recuperar la chispa del principio que el método de la observación en situaciones totalmente cotidianas en las que una deja de tomar parte como pareja y adopta el rol de mero espectador. Verlo hablar por teléfono, estudiarse el expediente o reírse con los compañeros con la inocencia de no saberse objeto de análisis creo que es una de las grandes terapias de pareja cuando se superan ciertas etapas en la relación.

Todo esto me lo hizo pensar ayer uno de vuestros comentarios, enlazado, claro está, con historias que he vivido a mi alrededor y que probablemente nada tendrán que ver con la cuestión concreta con la que me encontré, pero que sin embargo, me hicieron pensar sin más. No se si alguna de vosotr@s os habréis visto en situaciones parecidas o habréis tomado conciencia a veces del valor de aprender a analizar las propias relaciones desde fuera, especialmente cuando la rutina se implanta, porque mirar sin tomar parte en primera persona a veces nos ayuda a afianzarnos más en cualesquiera que sean nuestras decisiones a nivel afectivo.  Y ya que me leéis muchas veces en las más triviales cuestiones que os cuento día a día, e incluso dáis el paso en ocasiones de contarme vuestros problemillas (que a veces me dejan largo rato pensando), por qué no compartir yo con vosotras aquello que pienso, que he madurado en mi interior o que me hacéis reflexionar -para quien le pueda servir o pueda resultar curioso, aunque no sea más que otra de las tonterías que se me suelen pasar por la cabeza-.

En fin, esta fué mi reflexión de hoy. Espero que no os haya resultado demasiado ladrillo. Si tuviera más tiempo para escribir no querría ni pensarlo, jaja ;D

Y en cuanto a las fotos, probablemente algunas lo reconoceréis: es el vestido de aire retro en satén naranja que lucía con todo su glamour de alfombra roja la preciosísima modelo Sasha Pivovarova en el catálogo otoño-invierno de H&M. Sé que la percha no reune las mismas condiciones, pero una, que es así, de gustos viejunos, no pudo resistirse en el remate final de las rebajas. Y menos aún por el precio al que estaba! 3 eurillos! como para hacerle ascos al gigante sueco... Y aquí me tenéis haciendo un Sofía Loren en la escalinata de la catedral de Cádiz (no me digáis que no está a propósito el filtro fotográfico - que no parezco ni yo misma, jeje). Y es que no está de más reivindicar de vez en cuando el legado femenino y poderoso a partes iguales de aquellas grandes divas de la época de Mastroianni, donde las curvas eran la divina virtud y la raza una cuestión indispensable.

Por eso, y porque me encanta desde que la escuché en ese anuncio tan lleno de feminidad italiana hiper-explotada (y explosiva), os dejo con una canción que tod@s conocéis: "Voglio vivere cossi" (quiero vivir así). Pues eso! por la estética italiana, el solecito primaveral y los tipines de infarto sin dietas homicidas!

♫ ♪VOGLIO VIVERE COSSI ♫ ♪

Vestido de aire retro: H&M (otoño invierno 2012)

bolso: Zara (verano pasado)

Gafas retro: Mango

Os mando un besito enorme!! ya sabéis que mientras mi situación no mejore, os sigo contestando por aqui. Y ánimo! el señor del tiempo dice que suben las temperaturas y ya va faltando menos para el fin de semana ;D









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