¡Hola señor@s!
La primera vez que fuí al colegio en Cádiz tenía doce años.
Yo venía de Castilla, con un acento cerrado que muchos de por aquí catalogarían de "finolis" (o mejor dicho...más que "finolis", de "revenío"- ese palabro gadita que tanto me encanta hoy en día-).
Era un colegio de niñas, con un uniforme de esos clásicos desfavorecedores que te hacen encomendarte a Santa Teresa cuando llega el calor y el buen tiempo, con falda de pliegues en lana gris marengo, jersey burdeos del que pica, camisa blanca y medias hasta la rodilla.
Me permití la licencia de añadirle unos mocasines con un mínimo tacón. ¡Toda una revelación en el colegio! aunque gracias a Dios, ninguna monja pareció molestarse.
A esas edades en que comienzan a surgir las inquietudes modiles, el uniforme nunca es obstáculo. ¡Una se hace imparable! (aunque sea sólo a través de los zapatos)
Y es que han pasado por mi vida tantos uniformes que podría hacerme un vestidor preppy al 100%
(seguro que muchas de vosotras entendéis sin problemas el palabro, ¿verdad?)
; )
El caso es que mi acento y mi vocabulario eran tan de Castilla como los rosquillos de mi abuela, y aunque nunca he tenido problemas de socialización, sí que notaba el cachondeito entre mis compañeras. Un cachondeíto que para nada pretendía ofender, y en el que yo participaba animosamente sin complejos. Cada uno es como es... Tener acento "revenío" no es sinónimo de serlo, y en eso, amiguito mio, ya estaba yo la primera para demostrarlo!
Creo que tardé exactamente dos meses en hacerme gaditana.
Si cualquiera de vosotr@s me escuchara hablar ahora no adivinaría para nada mis orígenes, aunque yo los defienda a capa y espada como seña de identidad de la que me siento tan orgullosa.
¡Nadie debería esconder sus raíces, señor@s!
Pero en eso de la lengua y los acentos... ahí entran en juego otros factores desconocidos.
Y con doce años... más.
Sólo me propuse no decir jamás aquello de "pisha". Resulta muy gracioso escucharlo, especialmente a los hombres y a las señoras mayores, pero no me preguntéis por qué, siendo yo tan repipi no me parecía muy propio de una señorita. Ni todavía, me temo. :S
Y creo que eso es lo único que me faltó, a todo lo demás... ¡directos a la integración sin ataduras!
Por eso, cuando pienso ahora en mi vida, me doy cuenta de todo lo que he cambiado desde que tenía doce años, y me sorprendo yo sola de que en realidad, y por mucho que me dijeran, nunca me habría imaginado siendo tan gaditana (o tan gadita). Y si no, juzgad vosotros mismos.
¿O me diréis que no?
Porque es que yo me doy cuenta de que desde entonces hasta ahora más que despistada suelo andar permanentemente empaná ...o apollardá, dependiendo del contexto, además de que me pongo muy pero que muy malaje cuando no me dejan dormir mis horas los fines de semana, e incluso llego a ser una completa esaboría (o desaboría) si un killo se toma conmigo demasiadas confianzas. Es algo que me sale solo, no me lo puedo remediar... cuando antes justamente era una sosa antipática de padre y señor mío.
Todas las mañanas le pongo a mis tostás sólo una mijita de aceite, por eso de no engordar -y no un poquito, como hacía antes de ser gaditana-. También... ahora que soy gaditana, suelo llorar por chuminás cada veintiocho días, y también cada veintiocho me pego mis pechás de chocolate con almendras (y por más que coma y coma, nunca me quedo engoñipá, aunque antes del mismo modo nunca me quedaría llena). :S
Todos los domingos de primavera me gusta darme una vuertecita por la playa, aunque cuando llegue a casa mis tenis, más que sucios, estén empercochaos, y entonces vuelvo a ser una esaboría y una malaje. Eso ... hasta que no termino de pasarles la hosifa (que es cuando más que limpios, suelen quedar escamondaos!).
También me he dado cuenta de que aquí en verano hace una jartá de caló, pero en invierno ya he dejado de pasar frío, ahora más bien estoy arrecía; y eso me vuelve todavía más esaboría y malaje, hasta el punto de ser una cieza, pero nunca jamás he vuelto a ser una antipática. Me pongo la chamarreta y pego la arrempujá. XD
¡Y es que a mí me lleva al trabajo un chófer! y no un conductor de autobús, aunque lo llamemos indistintamente chófer o mushasho, y él responda sin molestarse con un miarma, shosho (palabra que, aunque no me convence, me hace mucha gracia) o un guapísima -que es lo que más me gusta a mí.
Y cuando voy a los bares de tapas ya nunca me pido una cocacola, sino un cocacola, que procuro beber a bushitos, no vaya a ser que me quede nuevamente revenía o apollardá, o shushurría, o todavía más malaje, y entonces me pegue la camballá. .
Y ya no diferencio entre el lenguado, la pescadilla, los chopitos o las gambas fritas, ahora es una ración de pescaíto y Sanseacabó!
Para mi el vosotros y el ustedes no tienen diferencia en su conjugación, (aunque las señoras mayores -o agüelas- siempre sean de usted). Y me vuelvo una completa pejiguera cuando tengo habas para cenar, y también cuando los tacones me hacen daño, si bien en esas ocasiones soy más jartible, aunque ya nunca se me va la olla, simplemente me vuelvo majara y saco las bailarinas plegables del clutch (o mejor dicho, cartuchera).
XD
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Todas estas cosas me pasan desde que me hice gaditana, aunque como yo soy muy de lo mío, también me pasan otras tantas a la manchega, y a la caballa y a la madrileña... Y es que no hay nada como vivir los acontecimientos tal cual son en el lugar donde uno vive, da igual de donde se provenga ni cuáles sean aquellos aspectos culturales que se traen de herencia. Esa expresión tan sabia y enriquecedora de "adonde fueres haz lo que vieres".
Pero como os digo, yo soy pejiguera sólo cuando tengo habas para cenar o me duelen los pies, y nunca he tenido inconvenientes en cogerle el gustillo al andalú. Porque, en contra de lo que piensan algunos, no es que hablen mal o no se les entienda, sino que existe una idiosincrasia propia tan rica como la del castellano de arriba de Despeñaperros. Y si no, invito a que me hagáis la comparativa ;)
¡Pues eso!
Que como no quiero ser más jartible por hoy, me despido. Aunque no sin antes mandaros un besito a la andaluza, a la manchega o a cualquier otra forma que os guste a vosotros, porque hablemos como hablemos, una cosa está clara. ¡Viva aquello que nos hace diferentes!
¡Muchos besitos kill@s!
Ni que decir tiene que esta entrada se la dedico a todos mis lector@s, compañeros y amiguit@s andaluces, por esos momentos de risas que hemos pasado juntos, ellos metiéndose con mi manchego y yo con su andaluz, aunque en el fondo todo sea cuestión de echar el rato en buena compañía con toda la guasa que trae consigo eso tan bonito de ser español.
:D
Dale al play!
^^Voxhaul Broadcast - "Rotten Apples"^^
Informo de que hay un bar en Cádiz, concretamente en la C/Pelota, donde un grupo de señores mayores -o agüelos- están pasando de vez en cuando un cestillo con el objeto de ir recolectándo céntimos para (algún día) montar una fiesta de tortillas de camarones y papas aliñás.
¡Habrá que estar atento! jiji
LOOK:
Chaqueta básica: Zara
Camisa de pijama: Zara
Pantalón pitillo verde: Zara
Salones: Marypaz
Bolso hobo: Zara
MAQUILLAJE
Base: Double Wear de Estée Lauder (tono "Pale Almond")
Polvos Matificantes de Nars (tono "Beach")
Colorete: "Scandalous" de Sleek
Labial: "Manhunt" de Nars
Ojos: Sombra de color topo en todo el párpado móvil, lápiz Nº600 de Kiko y sombra negra mate a ras de las pestañas.
XD
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¡Y eso es todo por hoy!
Me parecía simpático haceros hoy una entrada diferente. Eso sí, amenazo con próxima entrega de idiosincrasia del manchego, eh? XD
Espero que hayáis disfrutado muchísimo del fin de semana y que este lunes no se haya hecho demasiado cuesta arriba.
¡Muchas gracias por leer mis tochos infumables! y por escribirme siempre con tanto cariño.
Ya sabéis que aquí, en facebook o en el correo contesto en cuanto puedo, ok?.
Como siempre, os agradezco enormemente vuestra paciencia : )
¡Muchos besitos y hasta la próxima entrada!
:DDDDDDD